Patologías dérmicas y ungueales más frecuentes en la consulta

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PATOLOGÍAS DÉRMICAS Y UNGUEALES                    


Hoy en día mucha gente desconoce la labor que realizamos los podólogos. Por este motivo y en un intento de remediarlo vamos a describir las principales patologías por las que se acude a una consulta podológica. Este artículo tiene la finalidad de dar a conocer de forma general, nuestras competencias y campos de actuación.

Nos vamos a centrar sólo en patología ungueal y dérmica, para ir por partes.

 

PATOLOGÍAS UNGUEALES

Son de gran frecuencia entre la población y pueden ser causadas por traumatismos (golpes, fricciones, etc.), por infecciones producidas por microorganismos (hongos, bacterias) o bien, por agentes externos como el calzado.

 

Las más habituales son las siguientes:

 

  • Onicogrifosis: engrosamiento de la lámina ungueal debida a diversos factores (herencia genética, trastornos vasculares, traumatismos directos sobre la uña, calzado inadecuado, etc.). Pueden adquirir un tono de color más amarillento que las uñas sanas. Se puede ver en cualquier edad, aunque es más frecuente en personas ancianas debido al mismo envejecimiento y las alteraciones que éste conlleva sobre piel y tejidos.

 

  • Onicomicosis: infección en las uñas de los pies causada por hongos. Hay varios tipos de hongo que pueden producir la infección y dependiendo de cuál sea la uña adquirirá un aspecto u otro. El más común es un engrosamiento de la lámina ungueal, acompañado de una textura poco compacta y una coloración amarillenta.

 

  • Onicolisis: despegamiento de la uña de su lecho por su parte distal o lateral. Las causas más frecuentes de la onicolisis pueden ser enfermedades sistémicas (psoriasis, etc), traumatismos directos en la uña, o a consecuencia de una infección de la lámina ungueal (hongos)…

 

  • Onicocriptosis/uñero: suele afectar mayoritariamente al dedo gordo, aunque los demás no están exentos de padecerla. Aparece cuando un borde de la uña se introduce en la piel adyacente produciendo dolor, inflamación y en muchos casos infección. Y puede ser debida a un golpe, a una morfología ungueal patológica, a un uso de calzado inadecuado (demasiado estrecho en la puntera y que comprima los dedos), incluso a un mal corte de uñas.

 

  • Hematoma subungueal: acumulación de sangre debajo de la uña. La causa más común es un traumatismo directo o microtraumatismos repetitivos a causa de un calzado inadecuado.

 

PATOLOGÍAS DÉRMICAS

También de gran afectación entre la población, aunque algunas de ellas no son tratadas por desconocimiento o por creer que están dentro de la “normalidad”.

Las principales son:

  • Hiperhidrosis: Exceso de sudoración en los pies, no tiene porqué ir acompañada de olor.

 

  • Pie de atleta o tinea pedis: infección de la piel producida por hongos dermatofitos o levaduras. Suele causar enrojecimiento y picor, también es frecuente apreciar grietas, vesículas y escamas en la zona afectada. Hay casos crónicos en los que apenas se observan síntomas, más que un aspecto alterado de la piel.

 

  • Bromhidrosis: mal olor, producido por bacterias que encuentran en los pies el hábitat perfecto para desarrollarse (humedad, calor, etc)

 

  • Verruga plantar: lesión benigna de la piel, causada por el virus del papiloma humano (tipo I, II y IV). Se suele confundir con una dureza o “callo”, aunque hay algunos síntomas que los diferencian, como por ejemplo la molestia en la verruga suele aparecer más acentuada a la presión lateral, mientras que en el “callo” sería a la presión directa. También se pueden diferenciar observando su aspecto, las verrugas suelen tener unos puntitos marrones que serían los capilares sanguíneos que nutren las células infectadas. Cabe destacar que las verrugas al ser producidas por un virus son contagiosas.

 

  • Hiperqueratosis: engrosamiento de la epidermis (dureza).

 

  • Heloma: hiperqueratosis profunda que suele causar gran dolor. Suele aparecer en zonas con exceso de roce y/o presión. El aspecto suele ser redondeado y bien definido.

 

CONCLUSIÓN

Ahora que ya conoce un poquito mejor las patologías que aparecen en los pies, ya podrá reconocer e identificar las dolencias más frecuentes y saber que el podólogo es el profesional más capacitado para tratarlas. Ya que disponemos de los conocimientos y herramientas para ello.

Aunque a veces nos olvidemos, los pies y su bienestar también son parte de nuestra salud global. No espere a qué estos síntomas descritos llegue a su límite y ponga remedio en el momento de observarlos, con ello ganará más rapidez y menores complicaciones a la hora de realizar el tratamiento.